www.paquebote.com > ALAIN BADIOU
Lo que el espectáculo del mundo sugiere finalmente al filósofo –espectáculo que de ninguna manera es su objeto, sino sólo el espacio indistinto donde proceden algunas verdades, condiciones para que exista ese lugar de pensamiento que es la filosofía– es que la crisis es general. Y no solamente la del Estado-partido del Este: también la del Estado-partidos del Oeste. Pues se trata de la perturbación a la que es arrojado el mundo por haber agotado sus efectos el enunciado milenario que identifica la política con el Estado. Y si este enunciado agotó esos efectos es, justamente, por haberlos llevado hasta el corazón de la voluntad emancipadora. El fin de ese monstruo, el comunismo de Estado, arrastra en su caída y desvitaliza a toda subjetividad política que pretenda, sea bajo el tema revolucionario, sea bajo el tema del derecho, aparear la coacción estatal con la universalidad liberadora. Desde este punto de vista, tanto en los países del Este como en los países del Oeste, la historia de la política comienza. Comienza apenas. La ruina de toda presentación estatal de la verdad inaugura este comienzo.»
"En La ética realizo una dura crítica de lo que denominé la ideología de los derechos humanos. El de Irak podría ser un caso modelo:
El tema de los derechos humanos -y mi postura está lejos de ser cínica al respecto- es de primera importancia. Pero eso difiere mucho de tener una policía internacional y militar autoproclamada. ¡Qué duda cabe!: Saddam era un criminal. Pero, ¿cuál es la situación de los derechos humanos hoy en Irak? Es desastrosa. Queda claro, en éste y otros casos previos, que los derechos humanos sirven de coartada para obtener el apoyo de la opinión pública. Creo que la época de las intervenciones en nombre de los derechos humanos está un poco terminada".
Reúne textos posteriores a su libro fundamental, El ser y el acontecimiento. Aunque el origen de estos escritos sea a menudo de circunstancia, su orden es perfectamente legible. Se parte de la “filosofía y en sí misma”, partiendo de una definición de ella a la vez nueva y sometida a la prueba de su origen, así como de su estado contemporáneo. Siguen estudios ordenados según las cuatro grandes condiciones de la filosofía: filosofía y poesía; filosofía y matemáticas; filosofía y política, y filosofía y amor.